Te doy la bienvenida a la segunda temporada. En el audio de hoy está con nosotros Charo Guijarro, ya que el tema sobre el que vamos a hablar no le es desconocido. Quería traer al podcast la problemática con la censura, sobre todo en las redes sociales, y el consiguiente adoctrinamiento que estamos sufriendo sobre qué es apto y qué no en fotografía, sobre todo hablando de la fotografía de desnudo. A lo largo del audio iremos hablando sobre este tema y alguno más.
Te recuerdo que si estás interesado en saber un poco más sobre Charo Guijarro, puedes escuchar la entrevista que hicimos la temporada pasada aquí:
Y si quieres ver más sobre Charo, aquí puedes encontrarla:
Aquí nos deja Charo unas fotografías suyas, algunas de las cuales han sido censuradas en algún momento, o bien por ella misma o bien por las redes sociales, o que directamente no han ido a las redes sociales porque hubiesen sido censuradas, o posiblemente la cuenta de Charo habría sido bloqueada.
Espero que os guste el audio. ¡Que tengáis una buena semana!
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Anxo Dafonte dice
Saludos a ambos.
Una charla que me ha encantado y aprovecho para dejarle todo mi apoyo y ánimo a Charo Guijarro, una fotógrafa que trata el desnudo con una sensibilidad especial y para nada censurable. Lo que sucede es que debemos tener en cuenta que la censura en RRSS viene generalmente de denuncias de otros usuarios y, me temo que en su caso debe tratarse de alguien que le tiene manía porque le sucede «demasiadas» veces con imágenes mucho más inocentes que la mayoría de desnudos mostrados en la propia red social. Debemos también ser conscientes de que los norteamericanos te pueden multar o no dependiendo del tamaño del bañador en una playa pública… así que por ese lado, son algo más coherentes de lo que podamos pensar.
Lo de pagar por subir cierto contenido en el caso de Instagram, sinceramente y en mi humilde opinión que posiblemente sea equivocada, yo no lo veo. Para eso ya hay plataformas que lo vienen haciendo de ese modo desde hace mucho tiempo y también está el hecho de que el receptor sería el mismo (y eso no lo haría viable para la plataforma) o peor aún, un usuario «premium» y, posiblemente pocos aceptarían ese gasto extra en plataformas se este tipo. La visibilidad sería casi nula.
Al fin y al cabo, las RRSS (como es lógico también) son las que imponen sus normas porque se la juegan legalmente allá donde son visibles (con una variedad considerable de legislaciones) y es nuestra opción aceptarlas o no, seguirles el juego es lo que les da ese poder en detrimento de lo que realmente importa: nuestro propio sitio en Internet con nuestra propia esencia y normas. Nosotros las hemos creado y ahora se nos han ido de las manos. De hecho, la cesión de derechos de nuestras imágenes es algo tan brutal que deberíamos hacérnoslo mirar también pues pocos son los que han perdido un minuto en echarles un vistazo a sus condiciones.
De todas formas, Internet es un océano de información muy amplio en donde también hay que cumplir normas aunque solamente se publique en nuestra propia web ya que está al alcance de cualquiera con un navegador (incluso menores de edad, como bien apuntáis). La mejor contra-censura es precisamente la transparencia y si publicamos algo que no es apto para cualquier edad (basándonos en que se puede ver en cualquier lugar del mundo y no sólo bajo la mentalidad de nuestra propia cultura y moral), un simple aviso de edad mínima recomendable soluciona muchos de estos problemas.
No debemos olvidarnos de que la fotografía ha sobrevivido mucho tiempo sin redes sociales. Pero entiendo que forma parte ya del juego en la actualidad y que a nivel profesional sea necesario en la mayoría de casos.
Las RRSS como Instagram y, especialmente TikTok, son conscientes de la cantidad de público menor de edad que tiene acceso a ellas. Cualquier denuncia con la mínima sospecha de censura será efectiva y, si se repite, es muy fácil que cierren la cuenta temporal o definitivamente dependiendo de la reiteración. Esto, los «odiadores» también lo saben y lo suelen aprovechar.
Así que de nuevo muchos ánimos, seguiremos apoyando y solicitando la inmediata recuperación de cuentas como las de Charo mientras el cuerpo aguante. Pero creo que llegará antes el día en el que cualquier evento fotográfico cuente con un porcentaje justo de fotógrafas. Eso lo veo más fácil de corregir a pesar de que a estas alturas de la vida no deberíamos ni tener que hablar ya de ello… pero desgraciadamente esa charla que queda ahí pendiente tiene pinta de ser tan interesante como necesaria.
Un abrazo y gracias por este tiempo que nos habéis dejado. A mi me ha gustado mucho y me parece necesario para poder ya por fin expresarnos sobre ellas con sinceridad y desahogo.
Charo, esa mirada tuya no se debe perder, sería una gran tragedia en el mundo de la fotografía; no permitas nunca que la censura o la envidia te la arrebaten ni siquiera en lo más mínimo.