Mi nombre es Gonzalo, y soy un fotógrafo en continuo aprendizaje. Aquí podrás leer algo más sobre mí.
Estoy casado con una mujer maravillosa, y soy padre de un niño y una niña. Una de mis metas es conseguir obtener unos recuerdos de nuestro día a día mientras van creciendo. Esos momentos que ellos puedan atesorar en el futuro, y nosotros como sus padres también.
Ya desde niño me gustaba hacer fotos con aquellas cámaras domésticas de carrete. Cámaras de esas que llevaba todo el mundo cuando iba de vacaciones, que tenías 24 oportunidades, o con suerte 36. De las que después obtenías unas pocas fotos tras esperar una eternidad por el revelado, y que posteriormente ponías en un álbum. Esas fotos que tu madre te decía «no las toques, que se estropean».
Posteriormente, cuanto empezaron las compactas digitales, me compré una Kodak CX7525. No sabía muy bien si era una buena cámara o no. Era marca Kodak, tenía 5 MP (qué gran avance), así que tenía que ser buena. Un razonamiento de lo más lógico para alguien que no tenía ni idea. No obstante, he de decir que me dio muchas alegrías, nos acompañó a muchos sitios y tenemos buenos recuerdos gracias a ella. Si la comparamos con las cámaras actuales, la calidad deja bastante que desear. Incluso muchos teléfonos actuales hacen fotos mejores. A demás, yo de aquella no sabía qué era la fotografía, yo quería una cámara para hacer las típicas fotos de vacaciones que todos tenemos de recuerdo.
En 2014 a mi mujer y a mí nos regalaron una cámara de las llamadas «evil». Era una Nikon 1 J2, con un objetivo de kit. Y estaré eternamente agradecido por ese regalo, porque fue el detonante para que me empezara a interesar por la fotografía. Para los que no conozcan el sistema 1 de Nikon, es un sistema de cámaras sin espejo, con sensor de 1″, y con objetivos intercambiables, que ya está descatalogado desde hace unos años.
Después de un tiempo usándola en modo automático, empecé a darme cuenta de que con eso no conseguía lo que yo tenía en mente. Aunque salían algunas fotos que me gustaban de vez en cuando, yo necesitaba controlar lo que estaba haciendo, no depender de un automatismo que algunas veces iba bien y otras pues no tan bien.
Por esta razón empecé a buscar información y a hacer cursos online. Poco a poco he ido formándome, y sigo aún en ello, porque nunca se deja de aprender. Y, por supuesto, lo que yo sé no es ni comparable al tamaño de la punta de un iceberg con respecto al tamaño total del iceberg.
Durante el año 2020 decido que necesito un proyecto que me obligue a usar la cámara más. Básicamente, que me obligue a salir de mi zona de confort, que me ayude a seguir mejorando. Sin duda alguna, sin práctica es imposible mejorar en algo. Por consiguiente, me embarco en un proyecto 365 (una fotografía al día durante un año). Pasamos mucho tiempo en casa, así que conseguir que hubiera variedad dentro de lo cotidiano no fue nada sencillo.
Pero esto me ha ayudado mucho para evolucionar en mi fotografía. Y también para explorar y darme cuenta de por qué hago fotografía, y de buscar aquellos estilos de fotografía que más me atraen. He descubierto que la fotografía documental de familia está dentro de las disciplinas que más me gustan. Y nos ha dejado un álbum familiar muy bonito de un año que algunos dicen que es mejor echar al olvido.
Posteriormente, en mitad del 2020, decidí que necesitaba mejorar el cuerpo de cámara que estaba usando. Pero necesitaba seguir en el sistema Nikon 1, así que compré de segunda mano una Nikon 1 J5, aunque aún tengo la J2.
En la actualidad tengo y utilizo una Canon EOS 1DX Mark II si estoy en digital, pero también tengo y utilizo varias cámaras de carrete (mal llamadas «analógicas»), y sobre todo utilizo película en blanco y negro, que posteriormente revelo en casa y digitalizo para finalizar el procesado de forma digital, haciendo así una utilización mixta de este tipo de fotografía.
Si has llegado hasta aquí, te doy la enhorabuena, porque tengo tendencia a hablar demasiado. Solo me queda decirte que si tienes cualquier duda, pregunta o consulta, que creas que yo puedo solucionarte, por favor, no dudes en escribirme. En la web tienes cómo contactar conmigo, ya sea por email, por redes sociales o por cualquier otra vía que te sea más cómodo. Estaré encantado de contestar, e incluso de resolver las dudas que puedas tener, si estoy capacitado para ello, y si no buscaré a quien pueda hacerlo.
Muchas gracias por el tiempo que has empleado en conocerme un poco más.
Un saludo,